¿TIEMPOS MALOS PARA LA IRONÍA?

 

   ¿Son tiempos malos para la ironía? Seguramente. Aunque sospecho que desde los tiempos de Sócrates la ironía pocas veces ha tenido buena prensa (salvo en grupos disidente o que se toman la vida no tan en serio). Dicen que el sabio  dijo aquella frase tan famosa: sólo sé que no sé nada, una frase la mar de cachonda, pura ironía. Y claro, a través de la ironía, se cuestiona muchas cosas. Entre esas cosas, está el poder. El poder, sea el que sea, suele tener muy poco humor, o muy poco. O sea, que no suele reírse de sí mismo.

  La ironía hoy en día es un recurso (o un bálsamo, según se mire) cada vez más en deshuso. Tal vez porque no se entiende, o no se quiere entender. Porque expresar lo contrario de lo que se dice es ejercitar la inteligencia, y eso claro requiere un esfuerzo. Y el esfuerzo ha perdido prestigio, frente a la motivación.

  La motivación es importante, desde luego. Pero por mucha motivación que haya las cosas necesitan un esfuerzo, aunque sea mínimo.

  La ironía nos plantea otros puntos de vista. Nos recuerda de que en verdad no existe una sola verdad, y que nada es demasiado importante. Que estamos aquí tan sólo de paso y que tomarse las cosas con humor hace, sin duda, más ligero este viaje que es la vida. Que en el mejor de los casos, nadie en el fondo sabe qué diablos significa, ni qué carajo hacemos en este mundo. Sin duda la ironía nos puede ayudar a averiguarlo. Al menos a descojonarnos de risa de todo, empezando por nosotros mismos, claro. Pues la ironía, y el humor, empieza por uno misma..

Un día no reído, es un día perdido.

 Dani T. D. 14/3/2023