La vida, casi nunca resuelta, ahora me empuja por las avenidas de un invierno envasado al vacío. Arañado por alguna que otra disidencia al no prosperar del todo el deseo tal y como estaba planificado. Pero son menudeces, ya que al fin y al cabo, ¿uno quien es? Cualquiera y nadie a la vez.
Ese cualquiera cada día se expone a los demás, y a la vez, así mismo. Se expone desde una máscara de aire comprimido o de barro plastificado. Se esconde tras una identidad prestada. Se cree al fin único al fingir una insoluble, aunque asumida, mediocridad. Y con la mediocridad acuestas va transitando por los callejones (algunos sin salida) de un biografía que jamás llegará a ser realmente cierta.
Y mientras pasan las horas, los días, los meses, los años... Sí, como una moda pasajera y misteriosa que viaja fundiéndose en los pliegues del universo más fugaz y eterno...
T D 13/1/2020
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