Ocupación de insecto en una oficina fría, en territorio lunar. El destino siempre decepciona pues nunca acaba de existir en su totalidad. O por el contrario es totalmente eventual y carece de sentido. Tras la jornada laboral espera la vida, aparcada sobre la acera. Con el riesgo siempre que un escarabajo municipal le ponga una multa.
Al fin uno se vuelve a inventar por enésima vez una biografía, más allá de su condición de insecto. I es que el autor de Hamblet ya lo decía, estamos hechos de tejidos de sueño. Y qué...
Dani T. D. 13/1/2020
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