hasta el final,
el final que es otro invento
del maldito reloj.
Días de sueños totalmente despiertos
hasta el último aliento
perdiendo el miedo al miedo
mientras la alegría no para de brotar,
aunque se pierda el rastro
de la más reacia y falsaria
felicidad.
Días de teatro cómico
y bellamente acrobático
y bellamente acrobático
hasta siempre,
o hasta nunca
(que no deja de ser lo mismo)
(que no deja de ser lo mismo)
en los ilimitados limites
de esta tan cotidiana
y balsámica nada.
y balsámica nada.
Días fugaces
como destellos de luz
en un mar de risueñas sombra
y misteriosos espejismos.
y misteriosos espejismos.
Mientras el más inquieto
y neurótico deseo
alumbra mis pasos
hacia quien sabe donde
al compás de los latidos
de tus ojos tan abiertos
y desnudos...
y desnudos...
Dani T. D. 2/1/2020
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