sobre tierras absurdas
donde se sobrevive
según la ley del embudo.
Tratando de regular
el bombeo de la sangre
mediante el ritmo
más acompasando
al respirar.
Mientras tan sólo
a unos miles de kilómetros
caen las bombas,
mueren niños,
se destruyen la humanidad
por momentos.
La misma historia
de siempre,
la misma histeria
de todos los días,
pero quizás
más civilizada
o más adulterada,
o más yo qué sé...
Mientras busco
a tientas las pastilla
para la ansiedad
y cambio de canal,
pues no soporto ver
tanta violencia
y tanta propaganda
junta.
Y a demás,
dicen los expertos
que tanta información
es mala para
el colesterol.
Y es que,
a este paso,
parece que las guerras
sean pura propaganda,
y la propaganda
la esencia
de toda guerra.
¡Vaya desastre
de mundo!
Dani T. D. 11/4/2022
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