Hidráulicos camellos
blasfeman esquinas de hielo
en la ciudad Absurda,
dónde los transeúntes coleccionan
suicidios indirectos.
blasfeman esquinas de hielo
en la ciudad Absurda,
dónde los transeúntes coleccionan
suicidios indirectos.
Se acuestan amantes
en charcos disidentes,
cuando desde el Palacio
de las Ideas Apretadas
se decide el futuro más decadente.
Todo esto, y mucho más,
pasa cuando pasan las horas
de aluminio a velocidades impasibles.
Y yo al fin ya pierdo la vocación
de progresar como es debido.
Dani T. D. 21/11/2020
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