sus esquinas dulcemente
se suicidan
en un simulacro de luz
nitidamente perfumada.
El mediodía es un abismo
de esperanzas apretadas,
jugando al escondite
con la oscuridad apagada.
La tarde nace enamorAda
de un firmamento que se dispara
en los momentos más
acuáticos y azules.
El anochecer se acerca
sigilosamente a la taberna
de los Deseos Alquilados,
donde los corazones lloran
riendo la más idiota vida.
Dani T. D. 26/11/2020
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