me mantengo activo.
Espectante al horizonte más afilado,
pendiente de un gran acontecimiento
que casi nunca acontece.
A menudo el latido de la vida
es estrangulado por la sobrevalorada
existencia,
y uno sale del ataúd dispuesto
a engañarse un rato más
con el fin de perdurar.
Y al fin ¿qué?
Pues nada se sube el telón,
se ilumina el escenario,
se maquillan las arrugas
del alma
y uno se prepara a mentirse
ante el bacío más sufrido.
Pura comedia,
sin duda...
Dani T.D. 20/11/2020
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