el poder les atrae como
los tiburones
a la sangre.
Hacen ver que la ciudadanía
les importa realmente,
pero les importa un carajo.
Al fin todo forma parte del juego,
del mismo juego criminal.
de este mundo sin solución.
En el fondo todos se llevan bien:
rojos y azules, obispos y disputados,
forenses y dentistas,
carteristas de lujo y astrólogos subvencionado...
se van de copas
y disfrutan unos con otras.
Por detrás, por delante,
todo sea por la ciudadanía,
¡TODO SE POR LA PASTA!
Quien más, quien menos
todos tienen sus mierdas,
pero entre ellos se tapan,
pues hay que tomar ejemplo.
Hasta que uno se descarrila más
de lo permitido (un mal día
lo tiene cualquiera)
entonces van a por él.
Gobierno y oposición van a por él,
pues el chollo es mucho.
Y es que el poder es una droga,
una droga dura,
de las más duras.
Y es que no hay nada como el poder.
Dani T. D. 28/2/2024
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