DÍAS EQUIVOCADOS

Días equivocados hasta el fin, cumpliendo al tacto un destino alquilado. Leventándose muerto una vez más, para ponerse a respirar desde la inercia que arrastra de por si la biografía de cada quién (que no es cada cual) . Y así volver a recorrer la encrucijada de la existencia más intúl. Sin perder nunca los beneficios de la risa, eso sí.

  Esperando siempre no sé qué desde la falsa modestia desarrollada por el ego más miserable que esconde el miedo más sútil, para tratar de escapar alguna  parte. Tener que desear, para al fin comprobar que no hay nada más que vacío por todos lados, en todas partes, empezando por el propio ser. Un vacío muy moderno, eso si.
  Sintiendo cierta nostálgia del tiempo divino antes de nacer. Cuando uno no era nadie, Cuando uno podia pensar y vivir sin más, Cuando uno no tenía necesidad de ser nada. Cuando toda posibilidad no excondia ninguna excusa.

Y al fin abandonarse sin más a la muerte, cuando esta llegué, claro.  Para así volver a ser libre, a ser nadie, a ser pura alegría. Alegría de vivir porqué sí, sin tener ya que existir. Y dejar espacio para que se llene de luz.


Dani Torralba i Devesa, 5/10/2016