Una vez me quise suicidar. Estas cosas pasan, pues de repente uno empieza a pensar, a pensar y a pensar llegando a fatídicas conclusiones. Antes de matarme quise dejar una nota a mi familia y amigos. No me salía nada. Hasta que después de unas horas empezaron a brotar las palabras a través del bolígrafo. Y desde entonces no puedo parar de escribir. No sé si lo que escribo es bueno o malo, pero me importa un carajo; yo voy escribiendo. Escribir es como vivir, no tiene mucho sentido pero al menos uno se distrae deshogándose mientras se inventa cualquier disparate que le mantenga ocupado. Lo del suicidio, lo voy aplazando día tras día hasta que la muerte, Putin, el cambio climático o cualquier otra tontería me aparte de la escena.
Dani T. D. 12/10/2022
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