el alma que no tengo,
días en que me caducan
los besos
que guardaba en la despensa
del deseo.
Hay días que el muerto
que hay en mi
me da de fumar
en la sala de espera
del tedio más ansioso,
mientras los ratos pasan
hacia ningún lugar
envasado al vacío.
Hay días que saben
a plástico quemao,
a principio del fin,
a oficina sudada,
a amor evaporado,
a armario cerrado,
a vida sin vida,
a sueños desangrados
en las aceras absurdas
de la existencia.
Dani T. D. 19/10/2022
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