estadísticas,
horas que se desangran bajo
las bombas
rodantes.
Felicidad plastificada con pastillas
adulteradas
seducen a mentes que no osan ser
demasiado pensantes.
Jornadas que se deslizan por el iluso
estupor
de la mentira más certera, la que patrocina
las armas en las batallas periféricas, para
que el sistema más sistemático se mantenga.
La historia de siempre, pero con armas más
sofisticadas,
el sistema de siempre, pero con esclavos más
civilizados.
Las guerras de siempre, pero con muertos
más educados,
la mierda de siempre, pero con mucha más
rentabilidad que beneficia
a los cuatro poderosos
de siempre.
Dani T. D. 18/10/2022
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