miércoles, 23 de octubre de 2013

FRAGMENTOS DE UNA VIDA SUICIDA

Desde muy temprana edad, a los ocho años si no recuerdo mal, supe que la vida era una mierda y que no tenia nada de sentido. Esto lo descubrí en la clase de lengua, cuando la profe hablaba de la prefijos. ¡Que lata! Entonces no tenia aún desarrollado el concepto de suicidio en mi cabeza. Sólo sé que la existencia se me presentaba como un espacio idiota y tremendamente absoleto, que perdia litros de tedio por todos lados. Lo único que me gustaba era correr y hablar con nadie, pero nadie nunca me contestaba. Entonces sólo era un niño que con un bollicao a la hora de la merienda me bastaba para mi supervivencia. Unos años más tarde descubrí el diccionario. Y con él los conceptos de suicidio y de masturbacion. Entonces se me habrió un universo. Fué la época de las primera pajas. Aquellas primera corridas sin duda han sido las mejores. Después el sexo derivó por convecionalismos un tanto peligros y, de paso, frivolos. Pero en fin, el sexo siempre ha sido fundemental en mi vida. Bueno... depende... porque el suicidio también ha sido una pasión desenfrenada. Una idea, que gracias a ella, he podido llenar cada rincón de mi maldita existencia, hasta poder escribir estas linias. Porqué siempre aplacé el suicido para mañana. Sé lo que direís, lo reconozco, soy una persona algo perezosa. Pero no lo puede remediar. Cada cual sale como sale. A los quince empecé a salir con chicas. Y a los dieciseis follé por primera vez. Aunque el primer polvo me depcionó un poco. Lo más seguro es que me corriese enseguilla (hoy por hoy aguanto un poco más). O fué más bien Martina quien me desconcerto. Yo quería tocarle todo, pero estaba tensa y aquello me frenó. O yo que sé. Entonces volví a la pajas, bueno nunca dejé de cascármela. Abandoné el instituto y me puse a tocar la guitarra. Con dicisiete años formé mi primer grupo: LOS SUICIDAS GASTRITUS, era un grupo punk que a penas tuvo éxito. Ya no vivia con mis padres. Me había ido a una masia cerca de Tortosa. Vivía en comunidad con los miembros del grupo y otra gente que se había a puntado. En total éramos unos quince. Mientras todo esto pasaba, la idea del suicido seguía corriendo por mis venas. Entonces empecé a experimentar con la droga. Y tuve experiencia francamente interesantes. La droga bien suministrada te abre la mente. Te da otras dimensiones. Incluso puedes experimentar que es la muerte, si es que hay muerte. Porque mi expieriencia es que no. Que todo es una transformación constante. Nuestra percepción es bastante limitado. Vivimos un tránsito, entre un a parente tránsito i una irremedible muerte, pero eso no es así. En verdad nada se muere, todo son transformaciones de energia. Los SuICIDAS GRASTITUS duraron unos tres años. Luego hicimos LUCINARIA, un grupo dónde mezclabámos el jazz con el rock. Entonces empecé a escribir mis primeras canciones. Quería hacer canciones al estilo de Patty Smitth, Lou Reed, el mismo Bowie. O sea experimentar. También empecé a leer a Baudelaire y a Jack Keorak. La música que haciamos no daba para mucho, pero comiamos. Entonces éramos jovenes, el amor libre era posible. Luego nos dimos cuenta que muy reramente funciona. Entonces llegaron los primeros discos, hasta la fecha sólo habíamos malgravado una maqueta con un par de canciones. También vineron las giras, los festivales, la pasta, los roces con los demás miembros del grupos, los rollos con las grupies. Pero seguimos adelante, teniamos ganas de comernos el mundo entero y parte del universo. (continuara...) Dani Torralba, octubre, 2013

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