Algo así como cortar por lo sano con aquella tediosa y absurda vida de oficinista. Vivir de sus cuentos, versos y acuarelas.
Decir que no a lo que no veía claro ni sentía su tan náufrago coraZón.
Empezar a conocer mundo y vivir exprimiendo los días.
Pero siempre encontraba alguna que otra tonta excusa para echarse para atrás. Y el caso es que no tenía nada que perder, sólo la vida. Que al fin y al cabo es una tontería temporal.
Dani T. D. 24/1/2023
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