Los espejos siempre mienten
como la realidad
más vacía y convencional,
mientras las palabras
se gastan
en el pensamiento más automático,
el que va marcando el paso demacrado
de este futuro que ya es tan decadente
que ya no es ni pasado,
ni es nada.
Este yo que tampoco eres tu,
ni tan siguiera nosotros.
Los de ayer:
dos amantes que sudando amor
se desintegran,
bajo el imperio de una fría luna.
Mientras la mentira más real
lo va vaciando absolutamente todo
desde el primer latido.
Sí, pero que más da...
Ese decadente del espejo
que me temo que también soy yo...
Dani T. D. 27/1/2023
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