Escondido en una fría intemperie, huyo de la huida pero tampoco puedo. Algo se pierde, algo me pierde, Me muevo pero sin moverme. Me ahogo en mi propio aliento. El corazón es una playa de ceniza. No hay tiempo. Nunca ha habido tiempo.
Sombras de sangre, tiempo vacío, árboles caídos, vida seca....Perdiendo el timón. Quizás esto sea el último eslabón. El cielo en el infierno, el infierno sin puertas. Ya no hay dónde escapar.
Estoy vivo pero también bien estoy muerto. Escribo palabras inconexas. Escribir ¿para qué? Yo qué sé... Si tampoco vivo ni muero. Tan sólo respiro y me ahogo. Vomito el ser del ser que un día imaginó ser. ¿Imagino ser? Floto en un aire de cemento dónde la razón es la esencia de una inevitable locura. Me mato sin matarme, pero si no soy nadie ¿Me puedo matar?
¿Qué es la vida?
¿Qué es todo esto?
¿A caso una broma de los dioses?... ¿uNA incógnita que hay de resolver? ¿Un motón de minutos sin sentido? ¿Un azar preso en un deseo despeinado en un fugaz infierno?
Me ahorco sin cuerda en el callejón sin salida de mi podrido corazón. Espero un tren de lágrimas comprimidas en la estación de una espesa y alquilada resignación. Escribo, y no sé porque escribo.
Todo es un malentendido, No sé cuál es mi sitio, si tuve algún sitio alguna vez. Escupo pedazos de pensamientos escayolados que saben a ceniza.
Soy un error en el tiempo. Y el tiempo siempre es un descrédito de cualquier medida horaria. Espero sin esperar Absolutamente nada. Y estoy inquieto en un irregular quietismo. A fuera el infierno me llama. Por dentro el infierno me inventa. Me inventa pesadillas envasadas al vació. Mientras mis manos teclean palabras ansiosas, una tras otra. No hay puertas en este desierto. No hay puertas donde huir de la huida hueca bajo este cielo infernal que produce una ansiedad crepuscular y maldita, crecida de mi no ser.
Esto no sé lo que es. Lo escribo sin pensar. ¿Es necesidad? Si acaso fuera así, tampoco no sé para qué.
..El Diablo que habita en mi, 6/03/202
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