para ir a currar en la oficina
del deber más idiota.
Cada día un nuevo suicidio
asesina las promesas
que guardo en la gabardina,
y una risa desesperada
me sienta de golpe
en el sofá
ante un necio televisor.
Cada me invento más libre
desde la celda
de este cuerpo de quebrado barro,
a través del cual voy respirando,
y de aquella manera.
Cada día me cuento
nuevas y fresca mentiras
para soportar la verdad
más cruel y vomitiva.
Cada día estoy más cerca
de irme al fin al carajo,
y dejar atrás esta vida
tan podrida y tan ficticia.
Tan bellamente absurda,
o
tan absurdamente bella...
Dani T.D. 24/3/2021
Pura dinamita.
ResponderEliminar