Para combatir sus obsesiones de acabar con su vida (con bajada tampoco), empezó un libro sobre el suicidio. Al cabo de unos meses logró terminar el libro y como estamos en una sociedad obscena y morbosa, enseguida logró publicarlo en una prestigiosa editorial. La providencia hizo que aquel libro tuviera un grandísimo éxito. Incluso recibió el premio de la Crítica.
A la víspera de recoger el premio, aquel célebre suicida-escritor, ingresó en el hospital por neumonía. Duró a penas cuatro días. Una vez muerto, empezó su nueva No-vida. Y se sintió extrañamente sereno y afortunado.
Idiota existencia esta.
Dani T. D. 9/3/2020
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