martes, 9 de marzo de 2021

ASOMBROS CLANDESTINOS

     No siempre las palabras sirven de vehículo para lo que uno quiere o anhela decir, o no decir. Pues las palabras a veces muda y/reniegan de su propio significado.
     Uno al fin no deja de ser un intruso en su propia expresión. Y a veces toda expresión se torna del todo estéril. Claro, que llegados a este punto quizás la esencia de cualquier expresión sea el silencio. 
Todo y nada nace y muere en el silencio.
    El vocablo silencio evoca la ausencia de sonido, de cualquier tipo de sonido. Curiosamente el silencio tiene su música y su lenguaje. Y puede rebelarnos cosas, acertijos, secretos.... Sólo falta escuchar. Pero a menudo escuchar se nos hace muy difícil pues estamos en un mundo lleno de ruidos por todas partes. De ruidos y sonidos que propician el vacío más material. Puesto que estamos en un mundo material que cada vez propaga un vacío más agresivo.
  El silencio tiene voz, o voces. El silencio esta por todas partes. Envuelve a los objetos, les da personalidad, alisa los pliegues de la noche mientras evoca a los Dioses para jugar con ellos. Es un buen conductor para el pensamiento. Aunque a veces el pensamiento es un antídoto contra el propio silencio, y de paso contra la vida, y ¿contra la muerte? 

El silencio esconde secretos. Secretos que guardan la esencia de un todo, y de una más que evidente nada. En la totalidad fugaz de un mundo que se reinventa y desaparece a diario, ya sea como un milagro o como una inevitable fatalidad. 
Silencio | Facundo González Luján | dibujo | www.galerias-arte.com   Dani T. D. 9/3/2021

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