INSENSATA NORMALIDAD

    Al fin y al cabo (o al revés, que también podría ser) nada nunca es normal. Aunque la palabra normalidad sugiera, entre otras cosas, convencimiento, y cierto convencionalismo fingidamente democrático y asentamiento liberado con dobladillos chic en las puntas(por decirlo de algún modo).

  Esa vuelta a la normalidad suena como un eslogan del Corte Ingles, para inaugurar otra semana temática y así seguir manipulando al contribuyente. La antigua normalidad tampoco era tan normal. O sí, ya que la normalidad viene de norma. Y la norma siempre es incompatible con la vida. 

  Cioran, decía que el hombre inventa la existencia para a poder soportar la vida. Y pienso que no andaba falto de razón (como en casi todo).

 Uno piensa en su vida (o en bajada, según como se mire) cotidiana y puede a llegar a conclusiones realmente muy turbias. Pero gracias a un chute  de normalidad cada dos días, uno piensa que recobra la sensatez al fin. Claro, que tan sólo lo piensa. Como todo hijo de vecino.

   Y ahora ustedes me perdonen, pues voy a trabajar un poco, pero sólo un poco (no es cuestión ahora de pasarse). Pues un servidor, aquí como no me ven, en un principio, iba para reina de Hispania. Pero una guarra me pilló el puesto.
 Si, yo nací hecho para reinar. Y así, de algún modo, rediseñar  (o adulterar) la realidad más inmediata acorde con el pueblo más soberano y completamente idiota. Pero que le voy a hacer si yo nací en el Mar Muerto...como canta un cantautor de ultratumba. El chico del Dique Seco.

¡Hasta la próxima!

Dani T. D. 26/6/2020