Palabras cansadas
de no decir
absolutamente nada,
transitan las calles de un viento eléctrico,
danzando al compás de una terca,
y a la vez, excitante ansiedad.
Mientras paso por el quisco,
compro el periódico
y busco tu olor
entre las fotografías
que narran la realidad
de un hoy aparente.
Luego entro en el Caprabo,
y en la sección de congelados
me compro un corazón
y tres deseos.
Ya en casa
me doy cuenta que se vuelve
a la realidad diaria,
y mientras limpio
la mascarilla
la mascarilla
siento un ligero mareo
en el dentro
del alma.
del alma.
Dani T. D. 7/6/2020
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