La noche es un gran cráneo hueco
en dónde las horas son de plata ácida
y resuenan por todas las afiladas esquinas
de esta insonlente ciudad de mis más bellos pecados.
Mientras los pasos arrastran los pies
en el quietismo nocturno más neuróitico
entre la vida y la muerte, el sueño
y la realidad más resvaladiza.
Cuando la geómetria ignorante
del tiempo más relativo se acomoda
en el sofá viendo el destino indiferido
a través de una pantalla de plasma.
Y la historia se reescribe como un soneto
mal aprendiado, mientras las esperas se
cansan de tanto esperar en los hospitales
del purgatorio más posmoderno.
.Dani Torralba i Devesa, 9/11/2016
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