viajan en autobuses de aire comprimido,
cuando la ciudad de las lágrimas recién planchadas
pinta otro lunes sobre una tela
de cielo descuartizado.
Los Ministros de la Ignorancia más Legal
aprueban conductas todo a cien
para que los ciudadanos más acuáticos
aprendan a apuñalarse unos
a otros por la espalda, pero
con diplomática educación.
Dioses en los huesos
exiliados en catedrales de harina y huevo,
mientras banqueros longevos
cosen sus haciendas con hilo
de sangre en nubes de asfalto clandestino.
Y el tiempo es un ciego
que cree ver el futuro
a cambio de un plato de gambas
y unas copas de vino banco.
Dani T. D. 22/6/2021
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