Interesante y emotiva novela dónde se narra la historia de varias generaciones de una familia palestina. Da testimonio de su pueblo y del conflicto palestino-israelí.
Un conflicto que viene durando desde 1948, cuando se creó el estado de Israel. Y de como los palestinos ya fueron desplazados, obligados a vivir en campamentos lejos de sus tierra.
Un texto bien escrito. Con una prosa muy poética en muchas ocasiones en donde se invita al lector a descubrir una cultura que no deja de ser muy interesante.
Tristemente el conflicto entre Israel y Palestina sigue, por mucho que Trump presuma de haberlo parado. Y es que mientras no se metan en sus negocios, los bombardeos y la hambruna seguirán.
Este conflicto no se soluciona así como así, al menos que los Judíos hagan un esfuerzo en comprender a los palestinos. Y viceversa.
De acuerdo que Hamas es un grupo terrorista, pero Netanhayu también es un terrorista en potencia. ¿Cuál es más peligroso?
Lo triste de estos conflictos es que siempre muere la población civil. ¡Qué asco de mundo! Quien pudiera ser una simple hormiguita.
Pero me temo que esto ya no hay quien lo pare. El ser humano es así de egoísta y el más bestia de los animales. Y eso que los dos pueblos tienen una tradición religiosa importante. Tal vez ese sea uno de los principales obstáculos para solucionar el conflicto, entre otros tantos.
Su autora, Susan Abulhawa, es hija de refugiados palestinos de la guerra de 1967. Vive en Pensilvania con su hija.
A parte de escritora, Susan Abulhawa es una activista pro derechos humanos y analista política. Es fundadora de Playgrounds for Palestina, una organización dedicada a preservar el derechos a los niños palestinos a jugar.
La novela viene con un magnífico prologo de Joan Roura, periodista de la sección internacional de los informativos de TV3.
Sin duda un libro muy interesante, me ha gustado por valiente y sincero. Un libro que, sin duda, nos hace preguntas. Como las buenas novelas.
Dani T. D. 27/10/2025
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