Es ella quien me alcanza la toalla para que me seque. La que me recuerda como me llamó, quien soy y dos tonterías más que me bastan para sobrevivir.
Como ya son muchos años de convivencia, la llamo Confu.
Confu me acompaña allá a donde voy. Nadie percibe su presencia, Confu siempre es muy discreta.
Es ella la que me recuerda que la vida es un camino raro y confuso. También me da sabios y, de paso, prácticos consejos, como: en última instancia tómatelo todo en clave de comedia, que de esta tu tampoco saldrás vivo.
No sé si las personas que me rodean (conocidas o no) tienen también un acompañante íntimo como Confu. Nunca lo he comentado por si acaso alguien llama a urgencias, y de un día para otro, me encierran en un centro psiquiátrico. Y es que quien más, quien menos, esta sujeto a su propia confusión, ¿O no?
Dani T. D. 20/6/2025
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