Con los políticos últimamente me pasa como con Dios. De entrada, ya no creo para nada en ellos, aunque podrían llegar a
existir, e incluso
ser honrados
y hasta buena gente
Pero quizás eso
sea otra alucinación delirante,
sea otra alucinación delirante,
o el resultado de cierto estado
etílico que de vez
en cuando
se provoca uno;
más que nada
para encontrar
un poco de luz
ante tanto fantasma,
egoísta
y ladrón.
Diari secret, 06/2025
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