un domingo por la mañana,
el trabajo de la oficina
cada vez más me asqueaba
así que al fin me tiré
por la ventana.
Pero el destino
es obsceno
y no me maté,
entonces me
hice mendigo
de mi propio
corazón.
Fue duro,
paso cierto tiempo.
El negocio prosperó.
Abrimos tiendas
alrededor del mundo.
Me hice rico.
Entonces
sí que al fin
logré matarme
tirándome
por la ventana
de un hotel de lujo.
Dani T. D. 17/2/2023
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