martes, 23 de agosto de 2022

UN INVIERNO DURO

    Se acerca un invierno duro. El jefe ruso amenaza con cortar el gas, mientras sigue la guerra en Ucraïna. Europa se aprieta el cinturón. Y el clima climático sigue: demasiada calor en verano y demasiada calor en invierno. Se deshacen los polos. Los osos polares se mueren de hambre y los pingüinos se han de vender su frac para llegar a fin de mes.

    El agua empieza a escasear, ya no llueve como antes, y cuando llueve se desbordan los ríos, los estanques y las estadísticas. En el futuro, según dicen los expertos, los principales conflictos serán por el agua. Aunque el capitalismo sigue con sus planes. Quizás en el fondo no sea un mal sistema, pero se ha llegado a un punto dónde las diferencias entre ricos y pobres empiezan a ser insoportables.

  Judíos y palestinos siguen matándose por el territorio. No hay nada que hacer, al menos que los dos bandos lleguen a algún acuerdo de paz que convenzca a las dos partes por igual. Y eso, por ahora no va a pasar ni pasará.

 El resto de África, por lo general, cada vez es un gran  desguace y cementerio infantil lleno de guerras que no acaban. Dónde toda la mierda que genera el primer mundo (se supone que el más civilizado) va aparar a ese continente, que es dónde hace miles de años acontecieron los primeros seres humanos de este planeta, que sin duda era el paraíso. Y hay más conflictos en el resto del mundo que me dejo en el tintero. No soy un experto, pero es lo que veo, leo y oigo.

  Quizás fue el exceso de curiosidad el culpable de que que fuesemos expulsados del paraíso, el descubrimiento de la agricultura o cuando ciertos famosos empezaron a hablar de sus miserias en la tele a cambio de una cuenta bancaria en un paraíso fiscal. Yo qué sé...

  El caso es que no hay solución. No tenemos remedio como especie. O sí, quizás ya sería hora de que cada uno se pusiese en la piel del otr@ y que viajáramos más hacía dentro de nosotros mismos para hallar serenidad y alegría y así compartirlas con los demás

  Porque al fin y al cabo la vida es finita, y no suele durar. Al menos hagamos de esta fugaz estancia un rato placentero y alegre hacia los demás desde cada uno de nosotros.

  Vamos digo yo. A lo mejor peco de ingenuo o de soñador pero como cantaba John Lenon, no soy el único.

Dani T. D. 23/8/2022

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