portazos en el viento,
la vida a veces sabe
a niebla despeinada.
No tengo ganas
de levantarme pero
me levanto.
No tengo ganas
de ir a ningún sitio
pero voy.
Palabras gastadas
en las aceras alquiladas
a la existencia más
o menos soportable.
No tengo demasiadas
ganas de vivir,
pero sobrevivo
entre las mutiladas esquinas
del deseo más agotado
naufragando en la barra
de cualquier bar.
Dani T. D. 29/8/2022
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