A diario, o como mucho cada cuatro días, me pregunto quien soy y dónde voy con esta cara y este corazón que se desparrama en cuanto se desplaza abriéndose paso por las calles de esta existencia mortal y a la vez tejida con hilos de ficción.
Nunca sé qué contestarme.
Por lo que casi siempre acabo por tomar papel Y bolígrafo, sentarme en mi mesa de escribir. Y contarme alguna mentira que justifique, de alguna manera, este ser que se supone ser yo.
Claro que, por otra parte, toda justificación es prácticamente imposible, de ahí el resultado de estas palabras que me ha dictado el espejo, o el sospechoso que hay dentro del espejo.
Dani T. D. 16/8/2022
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