llego tarde a nada,
mientras se evaporan
los sueños al calor más frío
de la tan confusa e inmediata realidad.
Siempre y nunca
me vuelvo a ir
hacia la nada más inevitable,
dónde todo empieza
de nuevo desde
la decadencia más vital.
Y así pasa el tiempo
mientras los días se despeinan
al compás
del más desafinado azar
entre la pasión y el tedio.
Desde la ignorancia
más evidente
al olvido más extendido.
Sí, como un milagro...
Y es que
siempre y a veces....
Dani T. D. 30/7/2020
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