unas palabra calladas de un nadie entre la multitud,
dos destinos partidos por muchas mitades,
dos destinos partidos por muchas mitades,
un par de parcelas de sueño puro.
Heredé verdaderas mentidas del pasado,
un beso desesperado de una estatua,
unas espinas de escuálido pescado,
un par de dudas de algún peso pesado.
Me quise creer el qué,
y me olvidé del cómo.
Luego volví a empezar
desde un final que no
aspiraba ni siquiera
a ninguna finalidad.
Ahora vivo asumiendo cada segundo
que se va en la huida fugaz
de esta vida fugada
desde cualquier punto.
desde cualquier punto.
Y me dejo llevar para soñar
bien despierto desde cada latido
que me dispara el corazón
al compás de toda loca razón.
Ahora, como el poeta, sé
que la vida va en serio,
sin dejar de ser una disparatada comedia
que al fin nada de nada significa,
por muchas excusas y explicaciones
que nos hagamos.
Dani T. D. 21/7/2020
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