Adiestrados en la soluble
como adeptos a las más
témida y nefasta costumbre,
para con ello asegurar
cada endeble acontecer
en su justa medida.
Y así se van cumpliendo
los año de piel
plateada, recorriendo
plateada, recorriendo
circulo tras circulo
como decía el bueno
de Rilke en un poema.
Las circunstancias
siempre resultan ser otras
pero igualmente nos
arastran dándo vueltas
y más vueltas, reinventando
el espacio en el hueco
de nuestra precaria
opulencia.
Y así se va fundiendo el final
con el principio, la izquierda
con la derrecha, lo de
arriba con lo de abajo,
la ficició con la realidadº,
la vida con la muerte
diaria;
la que se disfraza de
ausencia, cuando los
dedos promiscuos
del vacio se enredan
en todo vital acontecimiento.
Dani Torralba, 20/11/2015
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