Desde hace unos días vengo sufriendo un acoso singular. El tal acoso, por decirlo de algún modo, me interfiere cuando mi persona (que en consecuencia soy yo mismo) acude a su lugar de trabajo. Sí, cuda cual allà con sus vicios... seguramente hay cosas más turbias. Pero eso es lágrimas de otro llanto.
El caso es que el que me acosa es un tal señor Jesus, vendedor de Biblias. Supe de su nombre, porqué al segundo dia de parar mis pasos hacia la oficina, me lo soltó gratuitamente. Que ese vendedor de biblias se llame Jesus, no deja de ser curioso, pero en fin, que se llame como se llame a mi ¿qué más me da?
La cuestión es que cuando suspendo mis pasos al destino que me ocupa, durante unos minutos, Jesus me habla de la Biblia. Seguramente su objetivo es que yo le acabe comprando un ejemplar de este betseller, a lo mejor lo logra en un futuro próximo. Sí, fuese así ya lo manifestaré en este mismo blog. Tengo que reconecer que estos encuentros no me dejan del todo inferente, porqué Jesus al hablarme de los beneficios que aporta la lectura de la Biblia y, que Dios es la respuesta a todas nuestras preocupaciones, esto genera en mi ser toda una pugna que controversias que me obligan a exponer mis más escepticas reservas a tal provocación divina. Le manisfiesto al tal Jesus, que no creo en Díos, aunque a veces hable con él después de injerir unas cuantas jarras de cervesa en un bar al lado de mi casa, llevado por una simpática família de chinos que, en cada comando cervecil que les pido, me acomplan un platito de olivas rellenas o de gambitas de Stoponia.
La verdad es que tengo que confesar que estas disputas ecolésticas y, en cierta manera existencialistas, me estimulan extraordinariamente todo mi ser. Creo que no existe ningún díos, y si así fuese, a mi me trae sin cuidado. Pero no deja de ser curioso que ese tipo de preocupación aún genere muchos ejemplares de ese fantastico libro. Por otra parte, la ciencia con sus avances tecnologicos cada vez más sofisticados, también me causan bastante estupor. Me confirman nada del otra mundo, bueno que tal vez somos materia y energía y que fuera de nuestro planeta tal vez haya vida inteligente, y que todo, sin duda, va mucho más aprisa (incluidas las nuevas ediciones del Gran Hermano). Si se encontrase vida inteligente más allá de la Tierra, seria toda una noticia. Aunque cada vez me doy más cuenta de que aquí, en este planeta, aún se tiene que demostrar si verdaderamente hay vida inteligente. Es como cuando Jesus me habla de otra vida, más allá de la muerte.
-Mira, primero demuestrame que hay vida antes de la muerte, que a veces no lo tengo tan claro. Después ya en parlarem.
Dani Torralba 12/11/2015
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