Ebrios de soledad
por los entrecijos de la evaporada ciudad,
arrastrando unos corazones
envueltos en papel celofan,
TRATANDO de finjir
un día más, un día menos,
que sin duda se va algún sitio
y algo o alguien nos espera.
Ebrios de soledad
mientras se cultiban los sueños
más espásmaticos
sobre campos digitales y casi analiniticos.
BURLANDO desde
la más sutil sofisticación
los más ilusos apostólicos
y asi desguazar
toda la osadia gratuïta desde
las más post-modernas sinagogas.
Ebrios de soledad
hasta el fin de los días,
desalientando el horizonte
más inocente
el que seduce el ahora
desde siempre.
Dani Torralba, 25/11/2015
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