Caras vacías
llenas de nada.
Las calles de la ciudad
se despeinan
al compás de un trasnochado
desaliento.
Los vampiros
siguen bien alimentados
por el corrupto Vaticano.
Y nada es en vano
aunque todo parezca
simple decorado
patrocinado por la Coca Loca
Sigue Dios
con su ficción
desde el poder más impúdico.
Mientras este mundo
sigue girando,
tan sólo girando
sin ir a ningún lado,
Trump
nos pille confesa2...
Danti T, D, 20/7/2018
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