Se levanta muerto el nuevo día, y arrastrando los pies naufraga en un ferrocarril de juguete roto.
En la oficina se amontonan los rostros recién peinados con una resaca recalentada en el microhondas. Vuelve el lunes como las oscuras golondrina. Cuesta arrancar la semana.
El buzón del deseo esta saturado. Las ganas de nada afloran en las aceras de la ciudad prohibida. Mientras en otras lados las guerras siguen su curso como un acontecimiento de la más normal.
Las manos vacías de Pablo empiezan a teclear un ordenador como quien busca con urgencia una salida hacia el mar.
Dani T. D. 15/2/2023
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