ya se están secando al sol,
mientras el deseo se estrella
en un coche
al compás de un desafinado si bemol.
Las prisas disuelven la magia
de la vida
que se consume en las compras
navideñas sin control ni medida,
maquillando la ansiedad sin perder el
compás.
Y al fin, no hay de nuevo
nada bajo el sol.
Los días se despeinan sin más.
mientras el mar ya es una gran bolsa del Corte-
Inglés, y el Futuro un gran escupitajo en la pared.
Dani T. D. 20/12/2022
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