nada es tan
importante.
En esta vida
sin sentido,
fresca y libre
como el viento.
Anárquica
como el agua
que sueltan
tus ojos,
cada vez
que lloras
o te mueres
de la risa.
Uno está
en este mundo
por pura
casualidad.
Uno no deja
de ser una ilusión
que naufraga,
apuntando
a un ansioso
impertinente
y decadente
futuro.
En el fondo
absolutamente nada
es tan importante.
Lo más sensato
que se puede hacer
es reír, bailar, imaginar
y amar
hasta el final.
El final
que tampoco importa
demasiado.
Dani T. D, 3/1/2020
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