por las malditas esperas,
me sorprenden un día más
en esta oficina de cenizas
y sangre plastificadas.
Intento
no perder la serenidad,
aunque a veces
se me hace difícil,
pues en estos tiempos
apenas quedan sitios
dónde huir.
O si.
En fin, que habrá
que sacar fuerzas
de dentro
para continuar combatiendo molinos
y señores de gris
con cara de Nadie.
Habrá que volver
a soñar bien despierto,
y recuperar el niño
que uno fue
y vivir
hasta el último aliento
sin filtros
y sin miedo.
Dani T.D. 2/9/2020
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