de la Ciudad de las Dudas Azules,
disuelven los pensamientos más dispares
de los habitantes más anónimos y singulares.
Y mientras, busco tus ojos
en este laberinto de tontas prisas
en el que el mismo Baudelaire
se perdió buscando un poema
en una flor completamente abierta.
Palabras muertas en las esquinas
de las promesas asesinadas,
cuando al fin nada importa nada
sino hay cierta libertad interior.
Y pasa el tiempo como un torbellino
entre el ahora y el olvido
mientras Charlie escribe por enésima
vez sus Flores del Mal,
en el Barrio de las Almas Deterioradas.
Dani T. D. 19/10/2020
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