viernes, 23 de octubre de 2020

LA EPIDEMIA DE TANTA INFORMACIÓN


    
¿Qué hacer con el exceso de información? Pensó Carlos mientras iba en el zepelín  camino de su lugar de trabajo. Porqué ultimamente le parecía una locura aquellos tiempos saturados de casi todo. Tiempos de demasiado información. Sin ir más lejos el maldito móbil te informaba de todo en un plis plas. Uno había que estar enterado de todo en cualquier momento por si te pilla el toro (o la tora). La información es puro control. La información puede llegar a ser una hija de la gran puta.

   Uno cree que estÁ informado, pero casi nunca sabe nada, ya que tan sólo está informado, o cree estar informado.

 Para saber, antes de nada, hay que asumir la propia ignorancia. Claro, que eso siempre da miedo, ya que todo ejercicio de humildad da miedo Pero una vez desde la humildad se  vence el miedo, todo puede ser más ligero, más alegre. ¿O no?

  Claro que a veces todos son palabras. Palabra que, al fin y al cabo, se las lleva el viento. El viento fresco y libre que barre todo información que, en el fondo no deja de ser un obstáculo para casi todo. 

   La oficina era un mar de mesas. Y en cada mesa había un náufrago tecleando un imbécil ordenador. Mientras las manos de Carlos trabajaban, su cerebro le llevaba lejos, a la búsqueda de una explicación ante aquella niebla saturada de información. Pero nada, no llegaría a ninguna conclusión. Aunque gracias a ese viaje mental llegó al final de la jornada, como quien coge el Ave de Barcelona a Madrid. Un día más. Una semana más. El fin de semana esperaba. Carlos aprovecharía para vivir sin información, ya que desde hacia cierto tiempo se lo venía proponiendo. Aunque fuesen dos días. No sabía si lo lograría. Tal vez antes de lograrlo la policía, o alguien del Ministerio de la Ignorancia Legal, lo iría a buscar para fusilarlo con balas de información comprimida. 

 A partir de aquí nos han prohibido rebelar como acaba esta historia, pues esto implicaría (entre otras cosas que en estas linias no contaremos por falta de tiempo) jugarse la vida. Y que sepamos de vida sólo hay una. Y a veces ni eso. A menudo sólo hay vi y ya esta.

Total que continuaremos informando, sólo si nos dejan los cabrones de arriba. Perdón, los señores cabrones de arriba.....


Y es que ¡qué asco de vida! Ya te digo...


Dani T. D. 23/10/2020

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