REALIDADES DE COMPRA Y VENTA

 No hay mal que por bien no venga. El caso es que  aprovechando aquella tan absurda y profunda crisis (como tantas otras crisis), se lió la manta a la cabeza y montó un negoció de compra y venta de todo tipo de realidades.

   Clientela no le iba a faltar. Para empezar contaba con la administración de su país y para acabar con los pringados del resto de sus congéneres (contándose a si mismo, claro).

  Los dos primeros meses fueron especialmente duros. Levantar un negocio nunca es fácil, y más si es tan singular como la compra-venta de realidades. Hasta que a partir del tercer mes la cosa cambio notablemente. Empezaron a entrar clientes en la tienda y demandas por internet y telefónica. Gente que quería cambiar de realidad, mujeres que querían vender su pretérita realidad, hombres que querían cambiar, adolescente que querían otras realidades, gobiernos que trataban de buscar atractivas realidades para poder siguiendo engañando al pueblo, y también pueblos enteres que solicitaban una realidad mucho más pablada para no transformarse en aldeas complemente desiertas y evitar, así, que el mundo rural desapareciera definitivamente.

  Al fin estaba contento, pues con aquél negocio su realidad más inmediata empezaba al fin a cambiar, aunque el gobierno cada vez le ahogaba cada vez más con nuevos impuesto que se sacaba de la manga (o del forro de sus cogollos), pues según el ministro de hacienda para que salgan adelante las nuevas realidades es necesario que el ciudadano de a píe se sacrifique.

   Manda huevos, pensó el prota de esta historia invocando las palabras que dijo un político de su tan extraodinario país, o no...

Y es que la realidad es tan caprichosa...

Dani T. D. 26/5/2020