EL PARAÍSO TERRENAL

    Un día se me presentó la realidad en forma de partido político. Aquello era totalmente inesperado para mi, pues la relación que yo había tenido con la realidad hasta la fecha era purament circunstancial (para no decir accidental, asquerosa, patética o lástimosa). Quiero decir lo que quiero decir. Así que volviendo al tema, aquel día la realidad se había instalado en una especie de tenderente en una plaza. Y bajo unas siglas (ahora no me acuerdo de las puñeteras siglas) prometía un futuro de la hóstia. Aquello me sedujo profundamente. Me llegó al peroné. Y no sé porque, la verdad. Tal vez porqué sólo tenía un triste cortado en el estómago? Vaya uno a saber. 

  Bajo aquel tenderete descubrí una nueva dimensión. Un nuevo rumbo. La realidad de repente se mostró con una naturalidad sorprendente. La realidad me habló como nadie me había hablado nunca. Me prometio que la votasé en el referéndum que se celebraría próximamente, mientras me besaba con pasión por el cuello. ¿Qué referéndum?, pregunté yo. Un referéndum sobre si hemos de ser seres reales o no. Yo afirmé con la cabeza, pero me quedé pensativo colgado durante unos instentes en el techo del tenderente. Y a continuación le pregunté ¿Y qué diferencia hay entre ser real y no serlo? 

  Entonces aquel chiringuito se esfumó en una sutíl y tierna explosión. Y a continuación la realidad tomó forma de jarra de cerveza en una terraza de un bar que prometía ser sin ninguna duda el paraíso terrenal.
Salud pequeños.

Dani T.D. 9/5/2019