INERCIAS COTIDIANAS

   Hay días que uno se levanta por inercia. Se ducha y se viste de si mismo por inercia, sin necesidad de preguntarse quien es uno mismo. Lo más seguro es que esa pregunta sea un callejón sin salida en medio de una ciudad lejana y caótica, justo en la frontera de todas las identidades posibles de este fugaz universo.

  De lunes a viernes uno por inercia se va a unas grandes oficinas a cumplir con su deber. Pero en el fondo ¿que es el deber?  

  Lo más seguro es que uno viva perpetuamente en el error, al menos en la duración de su vida. Porqué hablando con humildad, si uno viviese realmente su vida enviaría a paseo la mayoria de los deberes.

  Uno quizás es la consecuencia de una domesticación arcaica y eficaz desde sus cinco años. Porqué ¿realmente la vida de uno es de uno? Realmente uno vive en consecuencia de como es o, ¿todos somos, en la mayor medida, consecuencia de esa sofisticada inercia exitencial que maquilla y simula por momentos la verdadera dimensión de la vida?

    Dani Torralba, 14/10/2015