A diario trazo un plan
para poder escapar
de nada en particular.
A diario soy algo diferente,
jugando de existir,
me invento desde mi máscara de agua cálida.
A diario me tropiezo,
me deshago del disfraz inútil
de mi ego tan frágil.
A diario me muero
un poco más
para vivir un rato de verdad.
A diario
finjo ir alguna parte
para llenar el vacio
que me da
toda tentación
confeccionada con los semilacros más existenciales.
A diario
me imagino aún vivo,
a pesar de tanta incertidumbre
que perfora mi alma
de aire comprimido.
Dani T. junio, 2012
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