Ego de invierno,
ego de verano,
ego con control remoto,
ego de mierda.
El ego no es nada,
el ego no es todo,
aunque a veces de cree que es la rehostia
y mucho más.
La ciudad se llena de egos,
las calles se pueblan de egos,
egos del Diablo,
egos de Dios,
¡egos de fruta!
Y así,
de egos a brevas,
mi ego se va abriendo paso
al fin
por este sendero
hacía su propia y sublime
extinción.
Dani T. D. 25/1/2021
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