En verdad,
nunca ha habido nada
que esperar.
Así que lancémonos al vació,
soñemos y juguemos
bien despiertos hasta el final.
En verdad, la vida no importa tanto,
por no decir NADA:
es un tiempo tan corto
y tan ridículo
Hay que bailar y reír más,
no tomarse nada en serio
empezando por el imbécil del espejo,
y acabando por este idiota mundo.
En verdad,
no hay absolutamente nada que esperar.
Dani T. D, 12/9/2024
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