Se puede reír de todo, no hay porque ponerse limites. Ahora bien, hay que saber tener el arte de saber expresar lo que se quiere decir con cierto talante. Hay que tener presente que habrá quien se ofenda y, hay que entenderlo.
Ahora, esta claro que el sentido de humor siempre empieza por uno mismo. Quien se sabe reír de uno mismo, tiene ya mucho ganado.
Reírse de uno mismo no tiene limite. Porque aquí el que se ofende (en caso de ofenderse), es él mismo que suelta las gracia. Sin ir más lejos, el yo que está dentro de mí, es un imbécil de mucho cuidado que se cree muy gracioso, pero que no salga de aquí. Ahora mismo tal vez me sienta ofendido conmigo mismo por lo que acabo de escribir, y a lo mejor me denuncio.
Dicen que reírse es de sabios. Reír es el principal rasgo que nos diferencia del resto de los animales. Aunque en estos tiempos tan convulsos somos más bien la especie más mezquina y estúpida del reino animal (y de pase de los reinos vegetal y mineral).
El humor ayuda a relativizarlo todo. El humor nos recuerda que en el fondo nada, o prácticamente nada, es demasiado importante. Incluso la muerte puede resultar ser una ridícula anécdota si se afronta con cierto humor.
Es curioso que ni los dictadores, ciertos militares, obispos, políticos y demás estamentos ligados al poder más establecido, no tengan, o no parecen tener, el más mínimo sentido de humo ¿por qué será?
Sin ir más lejos, si un personaje como Putin tuviera sentido de humor las cosas serían muy diferentes y otro gallo cantaría, ¿No?
Cioran, en uno de sus geniales aforismos decía que reír era la única excusa de la vida. Y si uno lo piensa detenidamente, no deja de tener toda la razón, ¿o no?
Pero no me hagáis caso, me echaron de todas las universidades, pues empecé a perder facultades.
Dani T. D. 29/3/2022
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